Los pequeños roedores

Siguiendo con la historia de mis conejos enanos, desde que llegaron siempre han estado sueltos por casa aunque poco a poco no quedó más remedio que ir reduciendo un poco las estancias en las que podían disfrutar.
Uno de los principales motivos fue que empezaron a morder todos los cables y a esconderse detrás de algunos muebles.


Al final han terminado en una habitación, terraza para que tomen el sol y cocina. Cuando estamos tranquilos en el salón los dejamos corretear un poco entre nuestros pies y mordernos las zapatillas y los pantalones para llamar nuestra atención.

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